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PLAN ESTRATEGICO

 

 

 

UN PLAN PARA EL APROVECHAMIENTO INTEGRAL DE LOS RESTOS ORGANICOS

-ABRIL 2005-

 

 

Introducción

 

Los restos orgánicos son los que se originan en la producción, elaboración, preparación y cocinado de alimentos, en la siega de césped, en las podas de árboles y arbustos, en las labores de los huertos, en la depuración de aguas, además de todos los que se originan en otras actividades del sector primario.

 

Esta gran variedad de restos orgánicos son una materia prima de alta calidad totalmente aprovechable tras la aplicación de manejos o de técnicas -como el Compostaje- sencillas, asequibles y muy rentables,  siempre que se apliquen lo más cerca posible de donde se han originado los restos y separadas de otros residuos no orgánicos, que puedan contaminar o encarecer cualquier proceso de aprovechamiento.

 

Este proyecto viene a cubrir el hueco que dejan los grandes planes e instalaciones de recogida y tratamiento de los residuos de todo tipo de los grandes aglomerados urbanos. Por un lado consideran que no son rentables los aprovechamientos de restos orgánicos en zonas rurales de baja densidad de población. Por otro, y quizás por excesiva rigidez en el planteamiento de las grandes instalaciones mencionadas, se están generando en ellas unos tipos de compost de muy baja calidad y de dudosa utilidad para usos agropecuarios.

 

La implementación de esta propuesta es relativamente sencilla en las zonas rurales. Pero también en las zonas más urbanas hay posibilidades de desarrollarla en puntos de viviendas unifamiliares o con planes colectivos de recogidas selectivas.

 

Este plan de aprovechamiento integral ya se ha llevado a cabo en su primera fase -por tanto estamos presentando un proyecto ya contrastado- en doce localizaciones rurales de Alava y el éxito de participación y la cobertura de otros objetivos son la mejor prueba de su idoneidad.

 

La propuesta que exponemos pretende llegar a alcanzar el aprovechamiento integral de todos estos restos orgánicos en base a un proceso con diferentes fases que se insertan en cualquiera de las estrategias de respeto al medioambiente y por supuesto en las que se establecen en la denominada “Agenda 21”.

 

Vitoria-Gasteiz, abril de 2005.

 

 

 

Ambito

            Estas propuestas se han diseñado para ser implementadas fundamentalmente en zonas rurales, esto también incluye a las zonas rurales que puedan estar ubicadas en el planeamiento y administración de las propias zonas urbanas. En este ámbito se incluye además a todo el sector primario.

 

Objetivos generales

Entendemos como aprovechamiento integral el que se realiza con la totalidad de los restos orgánicos en el lugar en el que se producen o en el más cercano posible. Este tipo de aprovechamiento puede llevarse a cabo por cualquier persona con la aplicación de unas técnicas muy simples, reportando beneficios individuales y colectivos inmediatos. Estos son los objetivos que persigue este Plan:

 

1. Aprovechamiento integral de los restos orgánicos.

Los diferentes restos orgánicos generados en los domicilios, jardines, huertos, en las actividades profesionales del sector primario, o en las colectivas como la depuración de aguas, tras un proceso de descomposición controlada, se pueden transformar en unos pocos meses en un producto orgánico homogéneo, sano  y rico en nutrientes y oligoelementos, para los suelos y las plantas: el compost. También pueden aprovecharse con otros sistemas, como los de cobertura.

 

2. Transformar un costo económico en múltiples beneficios.

En estos momentos, la mayor parte de los restos orgánicos de comidas, de césped, podas y restos de cultivos originados en terrenos particulares y públicos representan una carga e incluso un coste económico, social, medioambiental y también son el origen de posibles conflictos sociales por su vertido incontrolado o su quema, al ser considerados un desecho, una basura final.

Su aprovechamiento puede propiciar la reducción de los costes en el servicio de recogida de residuos, por la reducción de peso, volumen de los desechos y también por su posterior reutilización en la propia zona.

Con su aprovechamiento integral se potencia una actividad laboral endógena que a su vez puede generar otras actividades laborales y empresariales y eso significa generación de puestos de trabajo e ingresos para la zona donde se impulse esta actividad, e incluso puede influir positivamente en la reorientación y en la diversificación de las actuales actividades agropecuarias.

Otro beneficio es el prestigio que propicia a las instituciones la implementación de planes y proyectos eficaces y exitosos en el cuidado y conservación de la naturaleza, en consonancia con los criterios de la Agenda 21.

Sintéticamente se puede decir que este tipo de aprovechamiento genera los siguientes beneficios inmediatos:

Ø      Reducción de la contaminación

Ø      Ahorro en recogidas de residuos

Ø      Mejora de la salud y la fertilidad de la tierra y el crecimiento de las plantas

Ø      Contribución al mantenimiento de la biodiversidad del entorno

Ø      Ahorro en abonos y tratamientos de todo tipo de cultivos

Ø      Cierre de los ciclos naturales

 

3. Involucrar a la población en la defensa del medio ambiente

Muchas de las personas que ahora viven en las zonas rurales nunca han tenido contacto directo con el ambiente rural ni con elementos naturales y mucho menos conocen las técnicas de manejo y aprovechamiento. Este Plan puede considerarse también como una oportunidad para iniciar la integración en la cultura e identidad rural de la población recién llegada a ese entorno y que en estos momentos tiene un marcado origen urbano. También hace posible que las personas con mayor enraizamiento en las zonas rurales recuperen una actividad casi abandonada.

 

4. Potenciar la salud y la fertilidad de los suelos, recuperar los degradados.

Una gran extensión de suelos se encuentra degradada, exenta de vegetación o en grave proceso de erosión por falta de contenido en materia orgánica. Eso es una amenaza para la biodiversidad y un elemento empobrecedor de los recursos naturales tan agredidos. Muchos de ellos, en su estado actual, ya son totalmente infértiles.

La recuperación de los suelos degradados no es fácil, pero se puede impulsar y acelerar localmente. Los restos orgánicos generados en sus alrededores pueden ser de gran ayuda en los primeros pasos en la lucha contra esta erosión y empobrecimiento.

El aporte de materia orgánica a cualquier suelo mejora su estructura, su fertilidad, su retención de agua, y garantiza un buen y sano almacén de nutrientes para las plantas. La Agricultura Ecológica demanda materia orgánica de calidad y en grandes cantidades y estos aprovechamientos que planteamos pueden ser un buen recurso. 

El aprovechamiento de los restos orgánicos en el lugar donde se producen, evita la compra de otros abonos o sustratos con el consiguiente y doble ahorro económico.

 

5. Contribuir a reducir la contaminación ambiental.

La mayor parte de los restos orgánicos se queman o se envían a vertederos donde se pudren. Eso supone la generación de una cantidad de contaminación medioambiental innecesaria por su transporte, los lixiliviados y los gases, además de su pérdida para  sus correspondientes ciclos naturales de donde son alejados.

Sólo las bolsas de la basura generadas en las viviendas contienen entre un 40% y un 50% de restos orgánicos que son perfectamente aprovechables en cualquier pequeño espacio de terreno. 

                         

Metodología

            Para implementar un Plan de estas características se necesita un trabajo muy ligado a la población en sus ámbitos de vida y de trabajo. Además es conveniente enviar mensajes claros y de hondo calado. Por último es imprescindible desarrollar propuestas participativas y efectivas.

            En concreto nuestras propuestas de actuación se ajustan a estos elementos:

 

1. Divulgación-Información.

En este tipo de actividades es imprescindible. Se trata trasmitir a la población ideas sencillas pero de gran calado como

 

Ø      Los restos orgánicos son una materia prima de gran calidad

Ø      Cualquier persona puede transformar los restos orgánicos en un excelente abono

Ø      Los beneficios obtenidos son inmediatos y para quien los aprovecha

 

Se pretende que a través de la divulgación del problema se incentive la participación en las acciones y actividades, que se implementen en cada momento pero sobre todo que sean las personas o colectivos a quienes se dirigen, quienes se impliquen en los aprovechamientos.

Se deberían utilizar todos los soportes y formas directas de comunicación como son cartas, folletos, manuales, carteles, páginas Web, charlas, conferencias con sistemas audiovisuales, reportajes en medios de comunicación.

 

2. Formación.

Parece evidente que en la actualidad hay una gran desinformación y desconocimiento sobre los beneficios del aprovechamiento integral de los restos orgánicos cuando se abandonan, se queman  o se tiran como algo inservible de forma masiva.

La formación o capacitación en las técnicas de aprovechamiento  y Compostaje a través de talleres y cursos, es un elemento vertebrador de este Plan y potencia la mentalización, la divulgación y la participación individual y colectiva. 

La actividad básica de formación consiste en un curso práctico sobre técnicas de aprovechamiento y Compostaje. Estos cursos pueden orientarse específicamente a sectores profesionales o genéricamente para su aplicación doméstica. Para el apoyo a la formación se editan manuales prácticos u otro tipo de materiales didácticos adecuados a cada exigencia. Los talleres prácticos son un elemento imprescindible.

Paralelamente a estos cursos se presta asesoramiento directo y permanente a cuantas entidades y personas, quieran resolver sus dudas sobre estas técnicas.

           

3. Participación social

Proponemos que la participación social sea la base de los demás procedimientos que se indican en este Plan. Eso supone la organización de encuentros, reuniones, visitas, debates y otras formas de posibilitar que quienes generan estos restos, quienes organizan su recogida y quienes tengan una inquietud o un interés especial al respecto, también puedan intervenir en las diferentes fases del Plan para que este pueda ser lo más concreto, rentable y eficaz posible.

Se deben estudiar formas de incentivar y facilitar la participación como el reparto gratuito de contenedores o compostadores, reducción de tasas de recogida u otras.

 

4. Diseño a medida de aprovechamientos colectivos

El acierto en la aplicación concreta de las técnicas de aprovechamiento de restos orgánicos en cada lugar, depende esencialmente del conocimiento de la cantidad y cualidad de todos estos residuos y de las características naturales, sociales, culturales y económicas del lugar de actuación.

También depende de que se consiga un respaldo social importante a los planes de aprovechamiento. Antes de la implantación de cualquier alternativa de aprovechamiento integral consideramos imprescindible pasar por una fase o varias de DIVULGACION-INFORMACION-FORMACION.

Una vez superada la fase inicial y analizada la situación de la generación de residuos orgánicos del marco de actuación, y tras mantener diferentes reuniones y contactos con los agentes sociales, económicos e institucionales, se pueden diseñar las propuestas colectivas de técnicas y procedimientos más adecuados.

 

Fases

La mejor garantía de continuidad en este tipo de planes es asegurar el éxito de cada paso. La finalización de cada una de ellas estaría marcada por la elaboración de un informe detallado de los resultados obtenidos sobre los objetivos que se hubiesen planteado inicialmente.

Proponemos las siguientes fases:

 

Primera Fase: Divulgación-Información-Formación.

Se comienza con una campaña masiva de divulgación-información para generar un clima social favorable a este tipo de aprovechamiento de los residuos orgánicos que a su vez favorece la participación en la formación y cualquier otra fase posterior, incluso genera sinergias positivas en otras actividades como la recogida selectiva de otro tipo de residuos, etc. Entendemos que la campaña de divulgación-información debe ser inseparable de la formación por el efecto expansivo y la propia simbiosis positiva de ambas líneas de actuación.

En esta fase, las propuestas de formación están diseñadas para que cualquier persona que desee o necesite conocer los elementos fundamentales de estas técnicas, pueda tener acceso a especializarse en su vertiente profesional o en sus formas cotidianas de vida.

La formación se basa en un curso de técnicas de aprovechamiento de restos orgánicos, con una parte teórica, apoyada en un manual que se entrega a quienes participan. Se requiere una sala cubierta y con asientos. Tiene otra parte práctica para la que se adecua una parcela de unos 30m², vallada, perfectamente identificada, instalada en un lugar bien visible y en la que se desarrollan los talleres prácticos.

Al finalizar esta fase se realiza una encuesta entre quienes participan y se elabora un informe-balance para la entidad organizadora en el que se incluyen propuestas para la continuidad de esta labor.

 

Segunda fase: Consolidación de los aprovechamientos individuales y preparación de recursos de apoyo a los aprovechamientos colectivos.

Se desarrolla a partir de la finalización de la primera y condicionada al éxito de la misma. Se pretende que quienes han comenzado los aprovechamientos individuales cuenten con asesoramiento y apoyo permanente.

Una vez superada la fase inicial y analizada la situación de la generación de los restos orgánicos del marco de actuación, tras contrastar los resultados con los agentes sociales, económicos e institucionales, se pasaría a diseñar las propuestas colectivas de técnicas y procedimientos más adecuados.

Entre los elementos concretos que se evidencian como consustanciales a esta segunda fase se encuentran los siguientes:

Experiencias de aprovechamiento colectivo. Se trata de diseñar e implementar algunos sistemas experimentales de aprovechamientos colectivos en zonas de dimensiones reducidas y durante un periodo de al menos un año. Para estudiar el nivel de participación social, la efectividad de los modelos técnicos que se propongan, la viabilidad económica y en definitiva hacer un balance de elementos positivos y negativos de la experiencia que determinará las condiciones concretas para su definitiva puesta en marcha.

Estas experiencias no tienen porqué ser un paso previo y obligatorio en todas y cada una de las zonas donde se planee un aprovechamiento colectivo. Las experiencias en un determinado lugar pueden servir para muchos otros de similares condiciones.

Centros locales para la interpretación del aprovechamiento integral y en origen de los restos orgánicos. Se establecerían cerca de los puntos donde se desarrollen programas o campañas de divulgación-formación-formación, y posteriormente a su puesta en marcha.

Se trata de puntos de referencia práctica y visual, de asesoramiento, experimentación y de concentración de conocimientos, donde ofertar una atención ciudadana y profesional permanente, para resolver cualquier tipo de duda o consulta sobre documentos didácticos o prácticos, consejos, sistematización, materiales, herramientas, maquinaria, calidad y empleo de compost, etc.

Creación de una red de agentes activos. Se trata de que tanto las personas como las entidades institucionales, sociales, económicas o culturales, que participen en este tipo de planes, se puedan relacionar establemente, para intercambiar experiencias, proyectos, insumos, proyectar nuevas ideas y planes, proveer de bases de documentación, estudios, datos, y facilitar el asesoramiento.

 

Tercera fase: Estudio y propuesta de alternativas colectivas a medida.

 

Para llegar a ella sin los riesgos de grandes errores y con un grado de participación social que garantice su éxito, conviene ajustarse al proceso que hemos expuesto anteriormente.

En todo ese proceso previo se va a conseguir un grupo social muy favorable a todos los sistemas de RRR, unos conocimientos muy ajustados sobre los restos orgánicos y los beneficios de su aprovechamiento individual, colectivo, doméstico y profesional.

Con todos los datos y conocimientos específicos del ámbito donde se planea el aprovechamiento, podemos ajustar los sistemas, la metodología, el cierre de ciclos y el balance económico, de forma muy ajustada, a medida, y con bajo riesgo de errores graves.     

 

Financiación

Este tipo de propuestas innovadoras y de claro beneficio social sólo se pueden activar exitosamente con la implicación económica de las instituciones públicas. Como exponemos a continuación, esta implicación puede no suponer un incremento de la inversión y el gasto público, en todo caso se consideraría sustitución, y sí puede llevar en situaciones concretas a una reducción de los recursos actualmente asignados a los servicios de recogida y tratamiento de residuos.

            La falta de aprovechamiento integral de los restos orgánicos en las zonas rurales genera un costo económico, considerado adicional e innecesario, en sus apartados de transporte, y manipulación, que se verán sensiblemente reducidos en la medida en que se aprovechen en su origen.

            El aprovechamiento integral también es sinónimo de calidad integral. Los restos orgánicos son -en su origen- garantía de la calidad del compost, del sustrato o del producto que resulte de su transformación o aplicación. Su utilización llevará  al ahorro económico por la reducción, y en algunos casos eliminación, del uso de insumos tales como abonos, fertilizantes, plaguicidas, etc.

            Así mismo hemos de contabilizar el coste económico que supone la contaminación de ciertas prácticas llevadas a cabo actualmente, que además suelen incurrir en costes de descontaminación posteriormente.

Pero la calidad y por tanto el valor económico añadido de estas actuaciones están supeditadas al aprovechamiento, a la recogida selectiva en origen, y a su tratamiento exclusivo.

            Una vez que este tipo de actividad esté lo suficientemente divulgada y asumida social, cultural y económicamente, se podrá prescindir de la mayor parte de los recursos económicos públicos que ahora aparecen como imprescindibles.

 

Recursos

            La característica actual al respecto es la dispersión y la falta de conexión e interacción de  la mayor parte de los recursos existentes, que no son pocos.

            Institucionales. Todas las instituciones de nivel medio y alto tienen -y cada vez más a niveles más bajos-, dentro de sus estructuras departamentos especializados en la defensa del medio ambiente. Pero sus conexiones entre ámbitos territoriales o departamentales son más bien escasas.

            Aún así su receptividad ante ideas y proyectos bien planteados y ajustados a las necesidades específicas suele ser buena.

            También ocurre lo mismo en las instituciones de zonas rurales de menor densidad de población, pero con la dificultad de no poder financiar este tipo de planes por la escasez de recursos económicos. 

            Sociales. Aquí podemos incluir a la larga lista de colectivos que trabajan en la defensa del medio ambiente y la ecología. También a los que defienden la producción, elaboración y consumo de alimentos de calidad ecología. En este apartado y de forma muy humilde es donde se puede apuntar a nuestro propio grupo de trabajo y la experiencia específica que hemos acumulado en los últimos tres años.

            Culturales. En este grupo podemos destacar el papel de los medios de comunicación. Se ha comprobado que su actitud puede ser determinante a la hora de socializar informaciones, datos, planes y proyectos.

            Otro elemento determinante para trabajar estos planes es la comunicación específica para los centros de estudio. En las escuelas, institutos y universidad se aprende también a vivir y a solucionar los problemas.

            Un último elemento positivo de este sector es la investigación.

Económicos. Es el sector más remiso a participar en planes que aún no generan beneficios claros e inmediatos. Pero eso no impide trabajar con las empresas proponiéndoles actividades que puedan ampliar la oferta de servicios vinculas al aprovechamiento integral de los restos orgánicos. Un ejemplo: las empresas de jardinería tienen unas condiciones inmejorables para compostar los restos de sus trabajos y con la misma compensación económica que hoy cobran en relación a la retirada, transporte y tasa de vertido de los restos.

 

            Vitoria-Gasteiz, 22 de abril de 2005.

           

 

 

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